La luz del amor
enferma de soledad.
La noche todo lo devora.
Nos alejamos
como ciegos que corren hacia el olvido.
No hay besos,
ni palabras,
ni caricias ni esperanza
que nos indiquen el camino.
Ni una chispa
ni un recuerdo,
salvo
el baile de las sombras
de lo que fuimos y ya no somos.
No hay amor, solo oscuridad.
Lo que queda de nosotros
se puebla de sombras.